miércoles, 24 de noviembre de 2010

Poca política y muchos políticos

Hoy asistí al meeting al que fui invitada invitaron. No sé exactamente para qué sirven este tipo de acontecimiento porque el 99% de los asistentes son militantes o simpatizantes del partido, así es que no se trata de convencerlos a ellos. Bien, supongo que tienen lugar porque acuden los medios de comunicación y ellos se encargan de difundir lo más destacado a los no asistentes. Hoy, en el acto, yo representé el 1% restante que acude simplemente como observador neutral, tratando de analizar y ser crítico con la información divulgada. El acto tuvo lugar a las 19:30 en una carpa en la que había unos 1.000 asistentes. El ambiente era festivo y relajado: saben que van a ganar las elecciones porque todos los sondeos les son favorables. No tienen que ganarse el voto.

En mi opinión, los intervinientes apenas hablaron del programa electoral. Sólo uno de ellos se refirió a algunas medidas de forma muy breve. En una de ellas, estoy totalmente en desacuerdo. Él argumentaba que los bancos tienen que asumir la responsabilidad cuando un cheque resulta impagado. No sé cómo funciona en Holanda, pero aquí es una cosa que pasa frecuentemente y nadie toma la responsabilidad. La persona que recibió un cheque impagado dispone de pocos mecanismos de defensa ante esta situación. Sé que en otros países, como Francia, este hecho está muy bien regulado y la justicia actúa de inmediato (con embargos y otras penas). Pero, en todo caso, esto es una función que se debería resolver, en primer lugar, desde el poder legislativo y después desde la vía judicial. Los bancos, aunque son los emisores de los talonarios, no tiene por qué asumir la responsabilidad de la persona que los libra.

Por otro lado, estoy de acuerdo con ellos en que debemos cambiar el sistema impositivo de Cataluña. Aplicar un sistema similar al del País Vasco, el cual, por razones históricas, es la única región del país que goza de un sistema impositivo exclusivo que lo beneficia. Otro de los puntos que han comentado y estoy de acuerdo es que debemos (todos) aprender a reconocer los méritos de nuestros adversarios. Pero esto es una utopía que nunca se pone en práctica. Creo que es muy noble y honesto saber reconocer o elogiar cuando un contrincante ha tenido una buena idea.

El resto del discurso eran elogios a ellos mismos (elogiarse a uno mismo es algo que detesto en los políticos) e ideas difíciles de valorar de forma objetiva. Es decir, el candidato a la presidencia definía su partido político como se hace en una empresa: misión, valores, liderazgo y visión de futuro. Son cosas intangibles. Para mí es más importante que mencionen las medidas concretas que van a aplicar.

Patrimonio inmaterial de la Humanidad de la UNESCO

Hoy en lugar de hacer clase de inglés, asistimos a una conferencia de una mujer hindú que nos explicó brevemente parte de la historia, religión, cultura y tradiciones de su país. Ella lleva muchos años viviendo aquí. Además, todo estaba ambientado: ella vestía un traje típico de su país; había incienso en la sala y una pequeña muestra gastronómica que podíamos probar.

Para mí, siempre resulta interesante conocer culturas diferentes, cualquiera que sea. Por ello, la semana pasada estuve reflexionando sobre una noticia que sentí repetidas veces a lo largo de la semana. La noticia es que este año la UNESCO ha declarado patrimonio inmaterial de la humanidad tres elementos culturales de mi país: el canto de la Sibila de Mallorca, el flamenco y los “castellers” de Cataluña. No deja de sorprenderme esta extraña –para mí- proclamación y el orgullo que ello genera a los ciudadanos. Sinceramente, no entiendo su significado por más que indague en ello. He buscado la definición exacta sobre “patrimonio inmaterial de la humanidad” y la idea me parece buena. Habla de preservar la cultura, las tradiciones, aquello no tangible que es una forma de riqueza inmaterial. Pero lo que sigue a continuación es lo que no acabo de entender: un comité se reúne para decidir qué forma parte de este listado. A partir de aquí me surgen innumerables dudas: ¿no merecen todas las culturas y tradiciones de dondequiera que sean tal reconocimiento? Por supuesto, siempre y cuando respeten, por supuesto los derechos de las personas y animales. Jamás nombraría patrimonio inmaterial de la humanidad las corridas de toros, estoy totalmente en contra. Tal vez sería más acertado si estos organismos internacionales centraran los esfuerzos en eliminar aquellas tradiciones que son perjudiciales (que dañan al entorno, que maltratan seres vivos). Entonces, ¿por qué eligen unas cuantas en particular?; ¿qué las hace a unas más importantes que a otras?; ¿Existe un interés económico escondido detrás (como forma de potenciar el turismo en una región? Quiero pensar que no!)?; ¿No logran, de este modo, discriminar el resto?. Las culturas y tradiciones, por su propia naturaleza, la conservan las personas que las ejecutan o disfrutan, sin necesidad de reconocimiento alguno y están invitados a participar en ellas todos aquellos que estén interesados. ¿Es que las personas somos tan simples que sólo sabemos valorar este tipo de cosas cuando un ente externo, internacional, le ha otorgado un reconocimiento?