miércoles, 24 de noviembre de 2010

Patrimonio inmaterial de la Humanidad de la UNESCO

Hoy en lugar de hacer clase de inglés, asistimos a una conferencia de una mujer hindú que nos explicó brevemente parte de la historia, religión, cultura y tradiciones de su país. Ella lleva muchos años viviendo aquí. Además, todo estaba ambientado: ella vestía un traje típico de su país; había incienso en la sala y una pequeña muestra gastronómica que podíamos probar.

Para mí, siempre resulta interesante conocer culturas diferentes, cualquiera que sea. Por ello, la semana pasada estuve reflexionando sobre una noticia que sentí repetidas veces a lo largo de la semana. La noticia es que este año la UNESCO ha declarado patrimonio inmaterial de la humanidad tres elementos culturales de mi país: el canto de la Sibila de Mallorca, el flamenco y los “castellers” de Cataluña. No deja de sorprenderme esta extraña –para mí- proclamación y el orgullo que ello genera a los ciudadanos. Sinceramente, no entiendo su significado por más que indague en ello. He buscado la definición exacta sobre “patrimonio inmaterial de la humanidad” y la idea me parece buena. Habla de preservar la cultura, las tradiciones, aquello no tangible que es una forma de riqueza inmaterial. Pero lo que sigue a continuación es lo que no acabo de entender: un comité se reúne para decidir qué forma parte de este listado. A partir de aquí me surgen innumerables dudas: ¿no merecen todas las culturas y tradiciones de dondequiera que sean tal reconocimiento? Por supuesto, siempre y cuando respeten, por supuesto los derechos de las personas y animales. Jamás nombraría patrimonio inmaterial de la humanidad las corridas de toros, estoy totalmente en contra. Tal vez sería más acertado si estos organismos internacionales centraran los esfuerzos en eliminar aquellas tradiciones que son perjudiciales (que dañan al entorno, que maltratan seres vivos). Entonces, ¿por qué eligen unas cuantas en particular?; ¿qué las hace a unas más importantes que a otras?; ¿Existe un interés económico escondido detrás (como forma de potenciar el turismo en una región? Quiero pensar que no!)?; ¿No logran, de este modo, discriminar el resto?. Las culturas y tradiciones, por su propia naturaleza, la conservan las personas que las ejecutan o disfrutan, sin necesidad de reconocimiento alguno y están invitados a participar en ellas todos aquellos que estén interesados. ¿Es que las personas somos tan simples que sólo sabemos valorar este tipo de cosas cuando un ente externo, internacional, le ha otorgado un reconocimiento?

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