Vivo en una ciudad provinciana. Indeterminada, no importa el lugar concreto. He llegado a una edad, 26, en que en una ciudad provinciana sólo tienes dos alternativas: casarte o emigrar. Trabajo en una oficina vendiendo servicios en los cuales no creo, así es que la mayor parte del tiempo tengo la sensación que me dedico a engañar a la gente. Mi meta en estos momentos es romper con todo esto: marcharme lejos y empezar de nuevo. El objetivo está definido y también el medio para alcanzarlo.
lunes, 8 de febrero de 2010
Sugerencia al público
Antes que nada, plantearos si merece la pena continuar. ¿Realmente estáis dispuestos a conocer mis reflexiones y sentimientos ante la vida? ¿Dispuestos a compartir también vuestras experiencias? Quisiera advertiros que os encontráis ante una persona que no está satisfecha con lo que está haciendo en estos momentos. Que tal vez, tarde o temprano, tome la decisión que más adelante os será desvelada. Pero cuando llegue este momento, nadie le podrá decir que la tomó de forma precipitada. Un último detalle: os agradeceré vuestros comentarios, vuestro punto de vista y/ o crítica será bienvenido siempre y cuando esté bien argumentado. Aquí no seréis uno de mis clientes, la hipocresía la dejo en la oficina. La sinceridad es mi máxima. Os mostraré mi parte más vulnerable, aquella que ni siguiera mis seres más queridos conocen.
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